Turquía estableció en 2011 restricciones a la exportación de estas materias  primas secundarias con el de canalizar la producción local al consumo interno y favorecer a sus fundidores de cobre y aluminio.  Ello ha venido suponiendo un indudable perjuicio para las empresas europeas importadoras de esas chatarras.  La UE mostró su disconformidad al considerar estas medidas  contrarias a las reglas multilaterales de comercio.  Tras varios años de conversaciones y peticiones de los exportadores turcos, el 11 de julio de 2017, Turquía publicó el ComunicadoNº 2017/8 Nº 30121, que modifica el Comunicado N.º 2006/7, por el cual se elimina la chatarra de cobre y aluminio de la lista de chatarrras de exportación restringida.